jueves, 29 de mayo de 2008

Mi derrota, mi victoria





Y me verás derrengada,
desinflándome como un globo;
aunque pretenda ser fuerte,
me persiguen mis demonios.

Esta noche soy tan débil
que apenas puedo retarte,
y me dejo mecer en tu arrullo…
De nuevo -otra vez-, me ganaste.

6 mordiscos a esta cereza:

Abril dijo...

¿y quien no tiene demonios? dáles un guiño, un abrazo y una sonrisa y los habrás seducido, para después dominarlos, y ganar cualquier batalla

hoy soy yo la que te deja palabras de buenas noches

;)

Anónimo dijo...

Hay ocasiones en que no deja de ser bueno dejarse ganar...

El Lobo Feroz dijo...

Mmmm, en esa situación lo importante no es ganar, sino participar ;-)
Un beso.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Todos convivimos con demonios interiores que, a veces, nos ganan la partida.

Un beso.

Belén Peralta dijo...

¡Hola, amigos!

Sí, es cierto que todos tenemos demonios interiores... y aquí los quise plasmar dejándome derrotar, encantada, por mi amante. Una dulce victoria ante la derrota que no es, ni mucho menos, derrota.

Un beso a todos y gracias por estar ahí.

B.

Fermín Gámez dijo...

Que me diga alguien qué es ganar y qué es perder. He perdido toda una eternidad yerma de diccionarios después de leer tus versos.

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