martes, 13 de mayo de 2008

El taller del deseo






Moldea mi cuerpo con tus manos.
Atrévete a pasar tus palmas, tus yemas, tus dedos,
aquellos surcos que tanta huella prometen.
No te arrepientas ahora
y cincela mi cuerpo extendido
con el buril de tus manos ardientes,
creando la escultura hermosa
que tanto deseas sentir.
Talla mis curvas
con la precisión del artista,
para nacer de nuevo
como tu diosa exquisita,
la modelo perfecta,
aquella por la que suspiras.

Que no se frene tu deseo,
que la imaginación no se vea cortada,
que yo sea el fruto de tus noches,
y que al fin se haga carne
lo que tantas veces pergeñaste en tu cama.

10 mordiscos a esta cereza:

ybris dijo...

Moldear, cincelar, tallar.
Y al fin el renacer.
Diosa de nuevo surgida del deseo.

¡Oh!

Besos.

Anónimo dijo...

Eso: ¡Oh!

Orquesta Pelota dijo...

Aunque sabe que no soy muy de mensajito, quería dejarle por aquí unas palabras para que sepa que leí y me gustó lo que leí...

Anónimo dijo...

Moldea mi cuerpo, con tus manos y haz de mi lo que siempre has soñado.
Precioso.

El Lobo Feroz dijo...

¡Quien pudiera trabajar así!
Besos

Anónimo dijo...

Que significa Guinda? Es tu nombre? Oye, tu poema esta hermoso, te me figuras como una escultura que no se termina de "terminar".

Anónimo dijo...

Leyendo tus versos descubro una vocación ignorada hasta ahora, la de alfarero...
Un abrazo

Belén Peralta dijo...

¡¡¡¡¡OHHHHHHH!!!!! :-000

Este Ohhhh sí que lo digo yo, queridos Ybris y Nean, porque además de vosotros y de otros amigos que me están acompañando en estas últimas noches (¡hola, Lobito, Ave Fenice, Luis Antonio, Doctorcito y a tantos otros!), veo a Teresa, que tiene un blog PRE-CIO-SO, que me encanta, y a la que hacía mucho que no veía por aquí...

Y a Orquesta Pelota, DIOS SANTO...

Sé, amigo, que no, que no es muy de mensajito, pero que agradezco que su comentario venga de una persona que escribe tan infinitamente bien como usted... Qué sorpresa más agradable verle... Por supuesto que le pido permiso para poner en mi blog el enlace al suyo. Qué maravilla y, repito, qué sorpresa tenerle por aquí, Orquesta...


Ave Fenice, no, Guinda no es mi nombre. Mi nombre es Belén. Pero yo llevaba ese sobrenombre en un foro y ya me quedé con él. Lo de Plata me lo pusieron después y también me quedé con él.


Estoy muy contenta por cierto de que Luis Antonio haya encontrado una vocación perdida... ;-)))))

Me alegro tanto de que el poema os haya gustado a todos... Gracias, de verdad. De verdad.

Fermín Gámez dijo...

Me encanta el poema, y me encanta el título. De hecho, hasta el deseo hay que trabajarlo.

Belén Peralta dijo...

Muchas gracias, Fermín, me encanta que te encante. :-)))))

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