sábado, 31 de mayo de 2008

Mentirijillas piadosas




Sentiría que me dijeras muchas cosas.

Que cuando aquella vez me llevaste el desayuno a la cama,
te encontrabas, en realidad, desganado.
Que cuando comentaste que ese vestido me sentaba tan bien,
tu boca dijo que sí, pero no era tan cierto.
Que cuando te animé a que escaláramos la cima,
deseabas tumbarte en la hierba a ver las nubes.
Que cuando te alegraste de la visita de mis padres,
contabas las horas para que volvieran a su pueblo.

Pero hoy no tengo que sentir nada,
ya que nada de eso hiciste o dijiste,
a pesar de las muchas ganas.
Y no sabes cuánto me alegro ahora
de que tu corazón, en fin, no hablara.

3 mordiscos a esta cereza:

El Lobo Feroz dijo...

Las mentirijillas, aunque sean pequeñas y piadosas, nunca son buenas.
Un beso

Belén Peralta dijo...

Ayyyyyyy... me has pillao, lobito... Y es que alguna -pero pequeñita y piadosa- he soltado alguna vez. ¿Y quién no? (Lo cual, efectivamente, no significa que sea bueno...)

Un mordisquito de sábado,

B.

Fermín Gámez dijo...

Pensamos siempre en las mentirijillas... pero ¿y las verdadillas?

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