sábado, 31 de octubre de 2009

¿Vacío?





Blog Vacío, de Ybris.

¿Vacío?

Vacío de estulticia,
vacío de estupidez,
vacío de tosquedad,
vacío de fealdad.

¿Realmente vacío? Yo diría que lleno, repleto, rebosante de cosas buenas...

Ybris, por favor, aunque el alba siga a pesar de que te hayas marchado, vuelve a tu blog Vacío en cuanto tengas la menor ocasión. No sabes cómo te echamos de menos... y ni siquiera nos has dejado la opción a que te lo digamos... :-((

lunes, 26 de octubre de 2009

Palabras de fuego





Látigo electrizante.
Así defino tu lengua,
esa que hoy, con descaro,
me humedece y me atraviesa.

Espadas que centellean.
Así llamo yo a tus dedos
que, largos e inquisidores,
queman mi herido cuerpo.

Carbones incandescentes.
Así nombro yo a tus ojos,
que se abren como lagos
para enredarse en mi todo.

domingo, 25 de octubre de 2009





Hoy era la mujer más fea del mundo,
pero me miro en tus ojos,
y sorprendida me reflejo:
no soy yo; noto que soy otra
aunque no quisiera serlo.

Y me pierdo en el vaivén de tu cuerpo,
dulce melodía de carne y piel,
me sorprendo envuelta en ti,
crujiente papel de celofán
...y como una diosa me siento.

domingo, 18 de octubre de 2009

Hasta siempre, jugón








Hasta siempre, jugón. Tú que quizás no fuiste el mejor comentarista deportivo, al menos técnicamente, pero sí el más divertido, el creador de todo un diccionario que tan profundamente conocemos los amantes del baloncesto. Tú que nos hiciste vibrar en aquellas madrugadas espectaculares de la NBA, cuando a las cuatro de la madrugada esperábamos con impaciencia unos partidos entre extraterrestres. Tú que bautizaste al auténtico extraterrestre -Pau Gasol- como E.T. Tú que apodaste Mr. Catering a Calderón porque las servía en bandeja, tú que ametrallabas nuestros oídos con ese mítico ¡¡¡¡¡¡¡Ratatatatatatatata!!!!! cuando un triple -especialmente glorioso si era un tanteo de España- entraba en la canasta ¡¡Cuántas veces celebré un triple de mi "Bomba" Navarro al son de tu grito de guerra!!. Tú que al juego bonito lo describías como tiki-taka, tú que gritabas con toda la fuerza de tus pulmones "Wilmaaaaaa, ábreme la puertaaaaa" cuando algo no salía demasiado bien, tú que te quedabas afónico cuando el maestro Jordan remataba con un excelente mate alguna de sus jugadas estratosféricas. Tú, Andrés, que tanto insistías en que "la vida puede ser maravillosa", te has empeñado en irte demasiado pronto, y dejar de lado el baloncesto, los libros, la buena música, especialmente la negra, y el cine, esas pequeñas grandes cosas que tú apreciabas tanto. Los amantes del baloncesto, como yo, como tantos otros, sobre todo los que hemos vibrado con los oros y triunfos de la selección española, te decimos hoy con todo el dolor del alma... hasta siempre, jugón. :-(((((

sábado, 17 de octubre de 2009

Hambre





Sí, yo tengo hambre.
Por eso te comeré
hasta saciarme.

viernes, 9 de octubre de 2009





Préstame un minuto de tu tiempo.
Se descubrirán nuestros cuerpos,
despacito, a pesar de la premura.
Sonreiremos a la par,
recreándonos, aunque nos falten horas.
Mojarás tus labios en los míos,
regocijándonos en su tibieza, aun con prisas.
Y, por fin, tu cuerpo embridado al mío,
desvelará con su abrazo
que sí, que ha merecido la pena
prestarme un minuto de su tiempo.

martes, 6 de octubre de 2009

Helado de cereza





Derretirme toda.
Convertirme en helado de cereza
y ser ácida y dulce a la vez.
Que me paladees en silencio,
sonriendo cuando llegues al trocito
que, sin vergüenza y descarado,
se te cuela entre los dientes.
Derretirme toda
y pasar de bola de helado
a líquido caliente
que, sin vergüenza y descarado,
paseará por tu garganta.
Derretirme toda
y, tal vez, conseguir de ti
lo que siempre quise:
que por una vez en la vida,
el helado de cereza
no te sepa a guinda,
sino a mí: a una exquisita mujer.

domingo, 4 de octubre de 2009

Descansa en paz, Negra








Luchó con su voz contra las injusticias. Su figura fue emblemática dentro de la lucha de compromiso social, particularmente en las décadas de los sesenta y setenta. Y nos queda su legado de canciones que jamás morirá. No hace falta decir más.

Mercedes Sosa, "La Negra", se ha ido. Cómo me estremece oírle cantar esta maravilla de Violeta Parra, "Gracias a la vida", o la bellísima "Alfonsina y el mar", de Félix Luna y Ariel Ramírez...

Descansa en paz, Mercedes.

La huida





Aire. Necesitaba aire fresco y por eso conduje sin saber a dónde iba. Ni siquiera recuerdo en qué momento cogí, furiosa, las llaves de la mesita del recibidor, y si ni tan siquiera si me miré al espejo. Supongo que sí, que eché un rápido vistazo para volver a ver lo de siempre, la misma cara de inepta, los ojillos tristes, la cara tan normal que desde luego no era candidata a que nadie de la calle, de las decenas de personas con las que me cruzaba a diario, pudiera acordarse luego de mí. Imagino que me estiraría bien el pelo, como suelo hacer, esté o no azuzada por la prisa o por la inquietud. En esos momentos era esa la sensación que me hormigueaba por todo el cuerpo y por eso quería salir, escapar, huir dentro de mi coche allá donde nadie pudiera encontrarme, donde sentirme sola consigo misma y no sola acompañada de los demás, que es como me sentía en esos momentos. Supongo también que el cuchicheo de los otros sería grande, que me mirarían espantados preguntándose que a dónde iba yo, con mi cara de inepta y mis ojillos tristes, si mi lugar en esos momentos era ese, precisamente ese, sin tener que moverme del sitio, escuchando plegarias y rezos, y mojando mi cara con las lágrimas de aquellos que se acercaban a darme un beso,  quizás dos.

Mientras conducía y el viento gélido entraba por la ventanilla bajada -bajada aposta, porque aún sintiendo el frío helador en los huesos, más penetraba en mi alma, y por eso no me afectaba, al contrario, quería, necesitaba más frialdad- recordaba del último día algunos fragmentos inconexos, desvaídos por el desfile de pastillas e inyecciones que me pusieron en menos de veinticuatro horas. Llegué a sentirme bien, y por ello ahora, mientras conducía y el frío y el viento y la lluvia que caía se me colaban por la ventanilla, comenzaba a todo lo contrario, a sentirme culpable, horriblemente monstruosa, por dejar que esas píldoras pudieran controlarme de la forma en que lo hicieron. Estaba tan enrabietada que ni siquiera tenía ganas de llorar. Lo que hice fue gritar. Me vino a la memoria en esos instantes Sally, la chica de "Cabaret" de ojos grandes como el mundo, que esperaba que pasara el tren para gritar y así desahogarse. Aproveché que estaba sola, en mi universo, dentro de mi coche -sucio, revuelto, con algunos juguetes de Óscar tirados aún por la alfombrilla casi mugrienta- para gritar, para lanzar ese aullido de dolor que me sobrecogía el alma, el mismo que hizo que una tarde de otoño cogiera sin pensar el coche y condujera a un camino sin rumbo porque sabía que, cuando volviera, mi Óscar, mi hijito, ya no volvería a estar en casa para recibirme con un beso. Se lo había llevado por delante, hacía veinticuatro horas, otro coche con otro conductor, otros gritos, quién sabe si otra risa o quizás otros ojillos tristes, en definitiva otra historia en su interior.

jueves, 1 de octubre de 2009

Inútiles escondrijos




Me hiciste daño un día.
Un día infame en que me desnudé entera ante ti.
Poco te importaron mis pechos, mi vientre,
mis piernas, mis pecas, mis hombros al aire.

Buscabas, querías, ansiabas mi alma.

Y desde entonces...
Guardo mi mirada entre recuerdos de espuma.
Escondo tus manos entrelazadas con las mías.
Oculto mi corazón a resguardo de tus besos.
Pero me transparento toda,
y no soy capaz de enterrarme
allá donde deseo,
muy lejos,
tan lejos,
tan lejos de ti...

;;

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