viernes, 22 de junio de 2007

Maestros


Esta tarde, mientras -ayudada por Laura- pintaba su habitación, la que era monótonamente blanca y desde hoy será lila como un lirio claro, la escuchaba hablar y hablar. Es muy parlanchina, muy vivaracha. Es un amor.


A lo que iba, que divago. (Y es que pensando en mis hijos se me va el santo al cielo, ya ustedes me comprenderán).


Entre frase y frase, y canción de palmitas y cancioncilla de comba, me dice Laura:


- La seño Maruchi nos ha regalado algo a todos.


Y le contesté, yo, toda filosófica:


- Pues claro que os ha regalado. Os ha enseñado muchas cosas en estos dos años, y ése ha sido su regalo.


Lo más sorprendente de todo fue la contestación de Laurita:


- Pues claro, eso es lo que iba a decirte. Que nos ha regalado todo lo que nos ha enseñado.


Lo cierto es que me dejó meditando, mientras de fondo oía el run run maravilloso de la cháchara de Laura, que seguía peleándose con la brocha y una pintura de color lila como un lirio claro que forzosamente iba terminando en sus deditos. Pero... ¡y a lo gusto que estaba ella decorando su habitación! ¡Y lo a gusto que yo me quedé con la contestación de Laura, porque valoraba lo maravilloso del regalo de su señorita!


Pensé en mis dos hermanos profesores -maestros me gusta a mí decir-, pensé en todos aquellos profesores que mañana despiden el curso, pensé en Maruchi, la seño de mi niña que, tras el ciclo preceptivo de dos años, se despide de sus alumnos que lo han sido en 1º y 2º de Primaria para acoger entre sus brazos a nuevos chiquitines que entraron casi sin saber leer y se despiden de ella con las primeras nociones de las divisiones bajo el brazo. Pensé en Anu, en Arcaid, en Ceix, en tantos y tantos profesores -maestros me gusta a mí decir- , que tienen en sus manos gran parte de la educación de nuestros hijos, independientemente de los conocimientos que puedan aportarles. La mano que mece la cuna es la mano que moverá el mundo, he oído decir más de una vez, y en este caso es muy aplicable a los profesores, que tanta responsabilidad tienen para con nuestros niños.


Siempre, siempre, he defendido la figura del profesor: tanto en mis columnas del Diario de Cádiz, como en mis programas de radio, o en mis intervenciones en mesas redondas o en foros de internet. No me ciega la cercanía de tener dos hermanos profesores -maestros me gusta a mí decir-, sino que simplemente creo que muchas veces no se valora su profesión en su justa medida.


Si es complicado a veces educar y convivir con nuestros propios hijos, qué no será para un profesor que tiene que estar día a día con veinticinco de su padre y de su madre. ¿Y qué me dicen de hace treinta años, cuando en nuestras aulas nos juntábamos hasta 45 niños?


Por eso aplaudo desde aquí, y siempre, allá donde sea y esté, a punto de acabar el curso, la figura del profesor -maestro me gusta a mí decir-.


Y... ¿saben por qué me gusta a mí decir maestro en lugar de profesor? Porque eso lo dijo mi señorita Maruja hace 33 años, estando yo en segundo de E.G.B., una mujer que, por la bendita influencia que tuvo sobre mí, jamás he olvidado.


Era de justicia que yo siempre recordara lo que a ella le gustaba ser. Maestra, no profesora.


9 mordiscos a esta cereza:

Silvia Darnis - embolic dijo...

Buenos días maestra de las letras.

Un beso a Laurita, la niña que cambia la monotonía blanca de su habitación por el lila claro como un lirio, con la ayuda de su maestra.

Anónimo dijo...

Hola Soy Marisa, llevo intentando dejarte un mensajito hace ya varios días. Guindita, que ya sabes poseo músculos hasta en las muelas, solo tienes que silbarme.

Besitos.

Belén Peralta dijo...

Buenos días a ambas.

Es muy bonito lo que ponéis las dos, de verdad.

Gracias a vosotras y a todos aquellos que me están demostrando que me aprecian y me quieren.

Gracias, de verdad.

Belén.

Unknown dijo...

Recuerdo el día que acabé la EGB la tristeza de muchos de mis profesores mezclada también con algo de alivio. Sabían que algo se perdía aquel día. Que los padres de aquel niño desoyesen los consejos que estos le habían dado y que aquel, que ellos consideraban tan válido, jamás estudiría filosofía y letras. Sería otro marinero (pero tenían muy claro que no sría otro marinero más)

Muchas veces la batalla más dura de los maestros es con los padres; con esos padres que poco estilan el raciocinio. Son pocos, pero aún demasiados.

¡Bravo maestr@s!

yinyang mason dijo...

Me gusta la palabra "maestro" o "maestra" mucho más que "profesor" o "líder". Estoy recordando a una maestra que tuve en 1º de EGB y con la que se encontraron mis padres hace poco. Se llama Flora y desde que cerraron el colegio sólo cuida ancianos. Digo "sólo" porque ha intentado recuperar su oficio pero sin éxito. En todos los colegios piden chavales jóvenes para que hagan de maestro y no a gente más mayor como ella. La palabra "maestro" yo siempre la relaciono con la edad, con la experiencia, con su experiencia. Flora me enseñó a la leer y a escribir y con ella aprendí las cuatro reglas y sin Flora no hubiera sido nada en la vida. Así de simple. Siempre.

Anónimo dijo...

Me van a salir los colores. Lo que tu hija te dijo de "el regalo ..." resume todo lo mejor de los maestros: la generosidad.
Los mezquinos son malos maestros o van de profesión equivocada. Casi los he compadecido.
Es una profesión gratificante; para mi la que mas. A pesar de los pesares.
Creo que tanto como para creer que es la causa de mi gordura.

Belén Peralta dijo...

Corsario, Javi, muchas gracias por vuestros comentarios tan llenos de cariño hacia los maestros. Sí, decididamente, maestros, mucho mejor que profesores.



Filósofo, desconocía que usted perteneciera al gremio; me hubiera encantado nombrarle en mi escrito.

Es un placer que se asome por este revoltillo de cerezas y guindas y nos deje aquí su mensaje. Espero verle muchos más días por aquí.

Mil gracias a todos.

Belén.

zoser dijo...

Hola soy Inés. llevo varios días leyendo tus relatos, y francamente eres un genio(¿o se dice genia?)jaja. Este en concreto me ha encantado, has conseguido convertir una tarde de faena dura y aburrida en casa, en una historia preciosa con laurita que por cierto, te felicito por ella, es un cielo de niña.
UN BESAZO GUAPA
INÉS

Belén Peralta dijo...

Inés, qué alegría verte por aquí.

De genia nada. Me encanta escribir y aquí plasmo lo que siento y cómo lo siento.

Sabes que ésta es tu casa, asómate cuando quieras. Me ha dado muchísima alegría verte, de verdad.

Un besazo muy grande, guapa.

Belén.

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