miércoles, 27 de junio de 2007

Hoy sólo quiero...


Hoy sólo quiero aovillarme, arrebujarme, hacerme una pelota tan minúscula en medio de este inmenso universo, que ni yo misma me vea, ni yo ni siquiera me advierta, ni yo misma detecte mi propio calor aunque me funda en un abrazo, los muslos contra el pecho, las piernas bien cogidas, el rostro tapado entre ellas.


Hoy sólo quiero recordar sus palabras, esas que tanto bien me hicieron y que tanto daño me procuraron; sus atenciones y sonrisas, sus encantos y requiebros, sus suspiros y poesías, tan cerca, tan lejos...


Hoy sólo quiero embriagarme de mi pena, sentirme desdichada, regocijarme en mi soledad infinita y decirme que me quiero muy poquito.


Porque así me siento, hoy sólo quiero eso.

4 mordiscos a esta cereza:

Anónimo dijo...

Guindita, guindita. Llevo dos dís viéndote tristona.
Espero que sea por el levante que sopla cabroncillo.
Como les decía a mis "niños" cuando no cumplian: ¡que sea el último día!
(La verdad es que si no era daba igual)

Brother dijo...

He de comunicarle que, llegadas estas fechas, estar triste en Caí, está sancionado. Mire las ordenanzas municipales.
En otro orden de cosas, yo solo me haría un ovillo para soportar los golpes que se me vienen encima. Como eso no va conmigo, prefiero que estos lleguen estando de pié, las piernas ligeramente separadas y los puños prestos para darles un buen recibimiento. No es violencia es superviviencia.
Así que ya sabe lo que tiene que hacer, levántese, coja a su prole, váyase a la calle y a ver quien tiene cojones de levantarle la voz.
Coñoya!!!!!

Unknown dijo...

Vaya. En el día de tu tristeza
yo te fui con una tristeza mía,
con una dura historia, cruel y fría
que asola desde entonces mi cabeza.

Fue muestra de muy poca sutileza
contarte lo que a cuento no venía;
queriendo, peor hora no elegía
en gran muestra de toda mi torpeza.


Sabe disculpar a éste marinero
que sin pretenderlo te pudo dar
peor día de que lo fue primero.

Y recibe desde el salado mar
el abrazo del poniente viajero
que sirva para tu día alegrar.

Belén Peralta dijo...

Muchas gracias a todos por su cariño. Sé que debería estar prohibido estar así, y más aún en mi Cádiz, con tanto mar y tanta luz alrededor.

Pero, como el amor, como la risa, como un estornudo... es algo inevitable.

Corsario, no te sientas mal porque la historia que me has contado coincida con mi estado de ánimo. Me estremeció leerla tal y como sólo tú sabes contarla.

Un beso dulce a los tres.

Belén.

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