sábado, 14 de julio de 2007
Para Elisa y Jesús, con todo mi amor.
Se llamará Germán, y brotará de tu vientre como la semilla traviesa que quiere beberse el mundo. Incluso antes de desearlo, de pergeñarlo, de diseñarlo con infinito amor y asombrosa perfección entre oscuros recovecos y acogedores salones de tu abdomen, cálido cáliz repleto de agua vivificadora, incluso antes de todo eso, de ser una microscópica realidad en el lecho de tu vientre, agrandándose día a día, sabías que se iba a llamar Germán.
Un nombre poderoso, estentóreo, que significa luchador y guerrero y que supondrá su tarjeta de presentación en una vida árida a veces, esperemos que dulces las más, pero sobre todo preñada de cariño por sus padres y toda su familia.
Germán crecerá feliz, arropado por aquellos que le quieren y aquellos que habrán de quererle, por aquellos a los que la vida puso en su camino y a los que la misma vida arrancó de su lado incluso antes de nacer. Todos estarán con él. Hasta él. Su abuelo Germán.
Se llamará Germán, y se sentirá feliz de que un día decidieras (decidiérais) llamarlo igual que aquél que, orgulloso, lo tomaría entre sus brazos y sonreiría porque el minúsculo ser que germinó en tu vientre será en breve una bendita realidad.
Sí, decididamente, se llamará Germán.
Para etiquetar en la cajita como: Cerezas y guindas dulces
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2 mordiscos a esta cereza:
Bendita realidad, sí, cierto, siempre será eso... una mágica gesta, única, grandiosa, inconfundible acto de fe, de amor, de pureza.... de mil afectos, de entrega toda, del más grande episodio humano...
...y recuerdo una cita que de niño me cautivó: "Cada niño que viene al mundo, nos dice... Dios, aún espera de la humanidad".
Miles de afectos, ¡y claro!, por supuesto que me gustó... Bella hilación de letras.
Gracias por estar.
HdQ
Gracias a vos por acompañarme, caballero. Leyendo lo que leí en su blog, sabía que iba a gustarle esta oda a la futura maternidad.
Suya afectísima,
B.
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