martes, 22 de abril de 2008
Fuiste un amor de martes.
De un día corriente,
surgió un amor corriente
con un hombre corriente.
Pero ni tus besos,
ni tu sonrisa,
ni tu cabello,
ni el poniente que trajiste
y que alborotó mi corazón,
sacudiéndolo como hoja seca,
se pueden considerar corrientes.
Fueron extraordinarios.
Como extraordinario se hizo
aquel amor de martes,
que viró,
por tu fastuosa magia,
de corriente a fascinante.
De un día corriente,
surgió un amor corriente
con un hombre corriente.
Pero ni tus besos,
ni tu sonrisa,
ni tu cabello,
ni el poniente que trajiste
y que alborotó mi corazón,
sacudiéndolo como hoja seca,
se pueden considerar corrientes.
Fueron extraordinarios.
Como extraordinario se hizo
aquel amor de martes,
que viró,
por tu fastuosa magia,
de corriente a fascinante.
Para etiquetar en la cajita como: Prosa en vertical
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4 mordiscos a esta cereza:
De lo corriente a lo extraordinario, como de lo vulgar a lo fascinante sólo existe a menudo un toque de magia.
Leerte ha convertido este martes en algo especial.
Gracias por tus palabras y tu visita.
Besos.
Hoy es martes. Podrías celebrarlo...
A ver que piense..., sí, a mi me sucedió un miércoles... cualquier día es bueno para eso, no?
Hola, amigos.¡Cuánto me alegro de veros por aquí!
Ybris, para mí es un lujo tenerle en esta cajita de cerezas y guindas, sobre todo después de haber leído sus maravillas. Gracias, de verdad.
Hola, Nean. Lo bueno sería celebrarlo todos los días, ¿no te parece? ;-))
Querida Ana... me ha encantado tu post por sencillo y por todo lo que encierra. Un besito fuerte.
Gracias a los tres, sobre todo por soportar mi "prosa en vertical", que no poesía.
B.
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