miércoles, 8 de octubre de 2008
Para etiquetar en la cajita como: Guindas con sabor a haikú
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Pensamientos, reflexiones y escritos hechos desde el corazón auténtico de una guinda dulce y picante a la vez y que, como dice un buen amigo, "escribe para respirar, ama para escribir, escribe para seguir amando".
Para etiquetar en la cajita como: Guindas con sabor a haikú
12 mordiscos a esta cereza:
¡Excelente!
Pero desgraciadmente todas las madres no son iguales, ni todos los hijos tienen las mismas oportunidades.
Mamá en África
La muerte acecha,
y se clava en el pecho
la seca hambruna.
Un beso
Noray... es mucho más bonita tu respuesta que mi entrada de hoy. Eres un maestro de la poesía y los sentimientos.
Un beso muy grande,
B.
Qué desgarro me produce
tu bellísima entrega
frente a las mil boquitas
abiertas,sin senos
que elimentan,ni almas
que brindan tanta belleza!
♥♥♥besos♥♥♥
Tardé venir a agradecerte tus palabras de afecto tan animosas.
Leí tus tres últimos poemas, tan hermosos, pero te dejaré aquí mi comentario y mi compañía, junto a este hermoso haiku.
Porque a veces es más paz que leche lo que fluye del pecho que se entrega.
Besos.
Es lo más bonito que jamás he hecho, amamantar a mis niñitas.
La paz que circula entre las dos, no se puede explicar.
Que bonito. Para ella mi pecho es la vida.
Un beso
Precioso homenaje a todas las madres que amamantan a sus hijos.
Vaya, pasaba a saludarte y me he quedado a leer, además de tu entrega, los comentarios. Y es verdad, no todas las madres somos iguales, ni los hijos, aunque el lazo que nos una sea el mismo. Solo por haber nacido en otro lugar, en otro momento...Triste.
Pero quiero acabar enviando desde aquí un gran abrazo a todas las madres del mundo (ya sé que algunas ni siquiera tienen ordenador). A la mía -y a mi padre- se los daré en un momento.
Abrazos a todos
esa foto me falta...
te la cojo
El tuyo y el de Noray son geniales.
Saludos.
Se me olvidó saludarte.
Ahora un beso.
Qué bonitos vuestros comentarios y, sobre todo, qué sentidos. Me alegro mucho de que un simple haikú como el mío y uno soberbio como el de Noray nos hagan reflexionar (a todos) así.
Por cierto, me ha gustado muchísimo lo que dice mami porque precisamente yo también lo soy y yo también he experimentado esa paz maravillosa. Es algo único.
Besos sinceros,
B.
Por cierto, Nean, coge lo que sea: estás en tu casa :o)
Toro, bienvenido. Me encantará seguir viéndote por aquí.
Besazos,
B.
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