lunes, 30 de noviembre de 2009

Vergonzosa





Te quiero tanto,
que me avergüenza decirte que te quiero.
Porque son palabras tan plenas
y yo tan pequeña,
tan minúscula y frágil,
que por muchos años que viva
nunca llegaré a ser capaz
de expresar mi amor por ti.

Tú eso no lo te lo crees, no,
y me pides,
y me ruegas,
con esa sonrisa tibia y dulce,
que te diga que te quiero.
Entonces mi rostro enrojece,
mis labios se quieren cerrar,
y aunque la fuerza de mi ser es mucha,
más lo es el atropello del arrobo.

Y entonces,
aun a riesgo de que exploten
las amapolas de mis mejillas,
de la implosión de palabras
dentro de mi boca de sal,
de que mis ojos se tornen
por no ver los tuyos,
entonces...
entonces es cuando te diré que te quiero.

7 mordiscos a esta cereza:

Fermín Gámez dijo...

Dices ahí una cosa muy certera, que creo que también a mí he sentido en ocasiones. Cuando decimos la palabra "te quiero" nos quedamos como muy pequeñitos. Y a la vez es un empequeñecimiento que nos engrandece, paradójicamente. Pero hay algo en la confesión del amor que nos deja como indefensos, como vulnerables, enrojecemos, nos puede el arrobo.

Salimos siempre victoriosos, pero es a costa de nuestra indefensión.

Julia dijo...

Precioso poema, cercano, habla de cosas que ya hemos sentido antes, y que tal vez no hemos sabido expresar. Esa es la magia de esta poesía, dulce y breve, verdadera.
Saludos.

ybris dijo...

Vergüenza de decir te quiero.
Quizás por parecerse a la plenitud de sentirlo.
Y, aveces, de tanta plenitud como vergüenza, explota y lo decimos.

Bellos versos.

Besos

Luis Antonio dijo...

No siempre las palabras alcanzan a expresar la profundidad de determinados sentimientos. Para conseguirlo requieren la ayuda de los ojos, de las manos, del color de las mejillas... Y así y todo, se quedan cortas...

Doctor Krapp dijo...

Hay palabras que en el momento que las usamos ya suenan ajenas, lejanas a nuestra sensibilidad. Pensar en amar y luego decirlo, son dos mundo alejados entre sí de forma aparatosa. Nuestra sensibilidad ante ese dilema, prefiere muchas veces callar.

© José A. Socorro-Noray dijo...

En esas dos palabras,
en un simple "te quiero"
se alumbra todo el lenguaje.

Un beso

Belén Peralta dijo...

Amigos, me encanta leer vuestros comentarios porque muchas veces son verdaderos comentarios de texto. Me gusta muchísimo ver cómo interpreta cada uno el relato o la poesía, según corresponda; es muy enriquecedor.

Muchas gracias de verdad por estar ahí.

B.

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