domingo, 2 de septiembre de 2007
Acabo de venir de dar un paseo con Laura por el paseo marítimo. Hace algo de viento, pero no es excesivamente desagradable. Ello me ha permitido disfrutar muchísimo de esta playa nocturna, de este paisaje maravilloso, con una marea vacía que dejaba al descubierto kilómetros de arena dorada, limpia, fina, maravillosa. Pasear de noche por la playa y por el paseo marítimo es uno de los grandes lujos impagables de los cuales disfrutamos los gaditanos. Nuestra ciudad es muy tranquila, pequeña, donde prácticamente todos nos conocemos, y donde la cultura de la playa y de dar un paseo junto a ella y en ella misma está muy arraigada desde que somos pequeños. Lógico en un sitio que prácticamente es una isla, y donde el mar tiene tanto peso.
Se nota que ya estamos comenzando el mes de septiembre porque hay bastante menos veraneantes por el paseo marítimo. Ya no hay tanta gente curioseando entre los puestos de baratijas y el volumen de comensales en las terrazas de los restaurantes o en los chiringuitos nocturnos en la playa empieza a ser menor. Poco a poco, casi sin darnos cuenta, la ciudad se irá quedando con su gente de siempre, los chiringuitos, tumbonas y sombrillas de paja se recogerán hasta el verano que viene, y el vendedor de mojama y cañaíllas sólo aparecerá los domingos de sol al mediodía.
Eso sí, me queda como consuelo que siempre estará ahí mi playa para poder seguir paseando por ella los días menos fríos del invierno. Siempre mi adorada playa de Cádiz.
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10 mordiscos a esta cereza:
¡Hay! Me has transportado, Guinda por unos momentos al edén. Tú sabes cuanto adoro esa ciudad... Y todo por sus gentes. Gentes como tú.
Corsario (gracias por tus piropazos, por cierto), me queda pendiente una visita. Una visita a tu ciudad porque nunca he estado por esas tierras que seguro son maravillosas no sólo por sus paisajes o por su gastronomía, sino también... por gentes como tú.
Te mando un beso muy fuerte y sé bienvenido (siempre) a mi Cádiz.
B.
Septiembre es mi mes. En él he nacido. Yo defiendo Septiembre. Me gusta Septiembre. Me gusta esa dulce majestad de sus horas, lánguidas y sin embargo alegres, todavía lejos de la epidemia meláncolica de todos los otoños. Hay esperanza en Septiembre. Hay vida. La rutina es suave y bella como esa playa al atardecer, casi de noche. Los que tenemos la suerte de vivir al lado del mar no sabemos lo importante que es en nuestras vidas hasta que nos apartamos de él.
Ummm Guinda si te dijera que esto mismo que has disfrutado es lo que estoy esperando ansiosa, que se vacien las playas y los paseos de multitudes ruidosas, vestidas de pasarela, pisando con prepotencia.
También para mi Septiembre es uno de los meses preferidos... la suavidad del clima, la limpieza de los días, el fresco del amanecer y del anochecer, este sol que calienta a mediodía conservando toda su fuerza resistiendo hasta el última día a perder su calor...
la placidez que regalan sus días y que se hace más patente producto y debido al frenesí de un verano que ya termina.
Un beso muy fuerte a ti y a Laura, linda Guinda.
buenas noches princesa de las cerezas.
Ay, ay, doctor, por lo tanto tendremos que ir preparando una gran tarta con sus velitas correspondientes para prontito, ¿no? :-))))))
A mí también me gusta Septiembre, queridos doctorcito y Embolic. Hace unos años, en la columna de opinión que escribía para Diario de Cádiz, precisamente lo hice sobre Septiembre alejándolo de esas connotaciones negativas de horror a la vuelta al trabajo, al cole, de comienzo de año -porque casi todo el mundo está de acuerdo en que el año "comienza" en este mes y no en enero- y miles de cosas así. Yo dibujé una oda a lo mismo que ustedes señalan: esas horas que ya no son tan bulliciosas como el verano pero que se alejan de la melancolía del otoño, ese fresquito que alivia del tremendo calor de julio y agosto...
Es un mes bastante lioso para mí en el sentido en que a mitad del mismo tengo que hacer auténticos malabares para conciliar vida laboral y familiar, pues hasta octubre no comienza el aula matinal y el comedor del cole de Laura, que me salvan literalmente la vida: si no existieran no sé cómo demonios podría trabajar.¡Y necesito trabajar para llevar adelante mi familia, como cabeza de la misma que soy! Pero a pesar de ese jaleo, sí que es un mes hermoso por todas esas razones.
A mí también me gusta que se quede todo más tranquilo, aunque siempre me llena de orgullo y satisfacción comprobar que Cádiz se convierte, un año más, en el destino favorito de muchos veraneantes, sobre todo españoles.
Recojo esos besos para Laura y se los planto en su carita de princesa, que ella sí que lo es de verdad. :-)) A Javi no le doy nada, que está a punto de cumplir los 14 (sí, también es de este mes, doctor, como usted), y está en plena etapa rebelde y no quiere besos de mami.
Besos de salitre para usted, doctor, y para ti, Embolic,
B.
Los mayores privilegios, a menudo pasan por nuestra vida sin que sepamos valorarlos en su medida.
Confundidos con la rutina de lo que se tiene seguro, los tenemos a nuestro lado mientras que nuestras ansias suelen partier en busca de cosas más inalcanzables y en ocasiones menos provechosas.
Enhorabuena por esa tu suerte de poder disfrutar de tu playa cada día. Fuera de tus periodos vacacionales, pero sobre todo, por poder disfrutarla fuera de periodos vacacionales. Por tenerla ahí tan calma y tan quieta. Tan tuya. Tan repetidamente tuya como sus olas que llegan.
Pero sobre todo, enhorabuena por tu capacidad de girar el cuello y saber valorar el lujo de lo que ves.
Pero sobre todo, muchas gracias por compartirlo.
Akuna, mi dulce Akuna... Gracias a ti por existir.
Todos los días te tengo en mi mente, que lo sepas.
Dulces besos de cereza,
B.
No tan pronto, Guinda, deme esa ilusión. Sólo quedan 363 días para tan infausto acontecimiento.
Caramba, llegué con retraso por lo que veo... Feliz cumple, doctorcito :-))))
ETC
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