jueves, 6 de septiembre de 2007
"Mami... algunas veces veo unas manchitas blancas, como si viera la tele con nieve"... (Laura, 8 años)
La sentencia sonó en la consulta del oftalmólogo -silenciosa, en penumbra,dotada de una atmósfera apacible- como un terrible trueno.
- Laura tiene una catarata congénita. Por eso ve "manchitas blancas". Mire al monitor mientras le hago el fondo de ojos. ¿Las ve? Ahí están. Las famosas manchitas blancas.
Y ahí estaba yo, ayer por la tarde, en la consulta del oftalmólogo y sintiendo cómo se me desgarraba el corazón mientras, con voz trémula y sin apartar los ojos aterrados del monitor, le acribillaba a preguntas:
- ¿Derivará a peor? ¿Qué le pasa a Laura? ¿Congénita? ¿La tiene entonces desde que nació? Ella jamás se ha quejado de la vista, jamás...
El abatimiento pudo al miedo en el tono de mis preguntas. Allí estaba yo, y aun acompañada de mis dos hijos, sola, como siempre. Sola. Ustedes ya me entienden. La cabeza comenzó a girar vertiginosamente.
-No, no se preocupe que no es grave. La niña lo tiene desde que nació, pero no es grave. No hay que operar ni hay que preocuparse, a menos que las manchas blancas crecieran o fueran a más.
No es grave, pero cuando le pregunté ayer por la tarde a Laura -al salir del médico y en el parque donde le gusta montarse en los columpios-, si esas manchitas las veía siempre, me dijo, sonriente, que sí. Y repitió, al igual que otras veces y como en la letanía de una de sus canciones de palmitas, ignorante de lo que padece:
- Mami, es como si viera la tele cuando no se ve la peli, cuando sale la "nieve".
Y mami, con el corazón desgarrado, le sonrió y empezó a pensar para sus adentros qué calidad de vida tendrá su hadita, su princesa, su niña por la que moriría sin dudar, cuando la criatura posiblemente va a ver toda la vida delante de sus ojos salpicada de manchitas blancas. Su Laura.
El gusano atroz del miedo, a pesar de las esperanzadoras palabras del oftalmólogo, había empezado, ya desde la consulta, a escarbar en su frágil corazón y a atenazar sus dedos y su mente, hasta el punto que impidió que anoche pudiera escribir prácticamente nada, sólo una rápida contestación a una nueva invitada que se acercó a mordisquear una de estas cerezas. En su mente sólo había un nombre, una idea, una obsesión: Laura.
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6 mordiscos a esta cereza:
No es justo ni para usted ni para su hija que se venga abajo. Hoy por hoy las cataratas son un problema menor y solucionable, de todo punto. Tenemos que acostumbrarnos a esas cosas. No, no hablo por hablar, he experimentado una sensación muy semejante ante un problema quizás más grave y también crónico. Hay que asumirlo: no podemos eliminar el sufrimiento, el dolor o la enfermedad a nuestra gente más cercana por mucho que queramos protegerla. Mejor asumirlo y servir de apoyo cuando realmente nos necesiten.
Gracias por sus palabras y su apoyo, de verdad. Me han servido de mucho... y tomaré nota.
Le mando un fuerte beso.
B.
Veo que el Dr. se me adelantó. No te apesadumbres Guinda, las cataratas hoy en día son fácilmente operables si es que fueran a más, no representa problema alguno más que 10 minutos en la consulta y poco más. A mi mamá, a los 80 años la operaron de ambos ojos y desde entonces que disfruta de una vista de lince que para si quisieran muchos. Este octubre cumple 90 años y continua igual. No te desmorones, nunca, se fuerte y no pierdas la sonrisa que tus hijos, seguro, han heredado de ti.
Un fuerte abrazo linda y buenas noches y besos para los tres.
Comprendo muy bien tus miedos, Guinda. Yo también los sufro pensando en que al final logren separarme de mis dos tesoros. Aunque sólo sea físicamente y de modo temporal.
Mil gracias, Embolic y Corsario, también por vuestros ánimos y apoyo.
No dudo en que si, fuera necesaria, la operación solventaría el problema de Laura. Pero como el médico me ha dicho que no debe operarse, mi angustia es si eso no le provocará un bajón en su calidad de vida (ver bien la pizarra y por consiguiente seguir correctamente el curso, ver la tele, leer bien sus cuentos...)
Quizá, no lo sé, me estoy quejando sin motivos, pero es que mis dos niños son lo único que tengo. Lo único, lo único...
Ep, ep, ep!!! que te estás quejando con todos los motivos habidos y por haber, que coñe... otra cosa es que te dejes apabullar. Puedes llevar una vigilancia constante sabiendolo y hablar con maestros y el centro escolar para que también lo hagan... leer sus cuentos lo podrá continuar haciendo.. si él médico te ha dicho que no hace falta operar será porque no hace falta y porque la niña no se verá mermada en ninguna capacidad.
Anda mi niña... quéjate todo lo que quieras, que aquí estamos nosotros... ¿vale?
Besos, besos, besos.
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