sábado, 8 de septiembre de 2007
No sé si a ustedes les gusta el flamenco. A mí, me apasiona. En mi casa no había nadie, a excepción de mi padre, que fuera aficionado. Así que ahí me ven ustedes, con nueve o diez años, junto a mi padre y un antiquísimo magnetófono SANYO, el primero que él compró y que aún recuerdo como si lo tuviera delante, escuchando juntos las voces de La Paquera de Jerez, Beni de Cádiz, El Chocolate, Rancapino, Chano Lobato o Camarón. Para mi oído infantil era mucho más fácil escuchar cantes festeros -alegrías, bulerías, cantiñas, mirabrás-, pero inconscientemente mi interior detectaba que tras los quejíos y la jondura de los cantes serios había algo más. Los sentimientos a flor de piel en una caña, la tristeza infinita en unas carceleras o unos martinetes, soberanía en unas tarantas o en un polo.
Aprendí a distinguir unas bamberas de unas rosas, unas guajiras de una minera, entre otras cosas porque no tenían nada que ver... a excepción de ese cordón umbilical que era el plasmar los sentimientos a través del quejío, los melismas y lo jondo. Que no hondo: en flamenco, es jondo.
Anoche asistí con Laura al estreno de la obra "Cádiz", con la dirección escénica de Pepa Gamboa y la coreografía de El Junco -no confundir con el ex amante de Lola Flores, que este Junco es otro, un bailaor genial de Cádiz-.
No tengo palabras para describir el maravilloso espectáculo que anoche degusté en el Gran Teatro Falla. Y digo bien degusté porque fue un auténtico deleite para los sentidos. Ante un teatro completamente abarrotado, se rendía homenaje con "Cádiz" al espectáculo que en 1933 elevó a la categoría de leyenda a La Argentinita: "Las calles de Cádiz", con un libreto de Ignacio Sánchez Mejías.
Una obra larga -dos horas y media- que mostraba en dos partes divididas por un descanso de quince minutos, los cantes de mi tierra, apoyado todo por un excelente plantel de bailaores, guitarristas y excepcionales cantaores. Aquí no había como suele ser habitual en el flamenco moderno, ni flautas, ni violines, ni siquiera cajones. Los únicos instrumentos fueron las guitarras flamenca y las voces exquisitas de Mariana Cornejo, Carmen de la Jara, Miguel Rosendo, David Palomar y Emilio Florido. No hacía falta más, aunque suene a tópico.
Acompañando al cuerpo de baile, formado por cuatro chicas y cuatro chicos, como artistas invitadas estaban las grandes y jóvenes bailaoras gaditanas María José Franco -impresionantes sus zapateados-, Ana Salazar -que no sólo baila como los ángeles, sino que también cantó dos piezas con voz y sentimiento desgarradores, resultando inolvidable su versión personalísima del "Para que no me olvides"-, y Rosario Toledo -menuda, graciosa y cimbreándose como un junco, toda flexibilidad-. Y por supuesto, como plato especial, El Junco. Yo ya lo había visto bailar un par de veces y les aseguro que no hay palabras para describir su arte. Un chico guapísimo, alto, espigado y elegantísimo en sus movimientos, con una fuerza increíble en sus solos de zapateado pero sin ser una apisonadora, dotando al baile del contrapunto justo entre fuerza, firmeza y señorío... y unos brazos y manos que hay que ver en acción. Yo no puedo describir cómo baila. Es imposible.
Los guitarristas, perfectos, y no digamos nada de los cantaores. Comenzando por mi adorada Mariana Cornejo, a la que ahora voy a llamar para felicitarla, y siguiendo por Carmen de la Jara, todo dulzura y majestuosidad -qué gran señora del cante-, terminando por supuesto por los tres cantaores masculinos. Yo estaba literalmente embobada ante tal fuerza, ante tamaña exhibición de maestría. Y eso que los tres son jóvenes y les queda muchísimo aún por demostrar.
Alegrías, mirabrás, caracoles, el pregón de Macandé, cantiñas, rosas, tanguillo, guajira, farruca, fandango de Macandé, soleá, seguiriya, malagueña, tientos, bamberas, bulerías y fin de fiesta... No sé si me dejo algo, pero al menos todos estos cantes los pude degustar anoche en tan maravilloso espectáculo.
No quiero olvidarme de la colaboración especial de Jose Mari Acosta, "El niño", y mi buen amigo José Ramón de Castro, "Ramoni", dos hombres ligados desde hace más de veinte años al carnaval -y aún no han cumplido los cuarenta-, y que desempeñaban con maestría el papel de hilo conductor entre los diferentes cuadros, bien entonando coplillas o con algunos diálogos cómicos, con continuos guiños a nuestras cosillas de Cai.
El espectáculo, al que Laura y yo asistimos por cierto en primera fila, todo un gustazo, se estructura de la siguiente manera:
Primera parte:
1.- Las calles de Cádiz
2.- El viento y la mar
3.- Los catedráticos callejeros
4.- Se buscan artistas
Tras el descanso, la Segunda parte:
5.- Colmao gaditano
Ayer fue el estreno para el público, aunque ya el día 6 se estrenó para invitados al 35 Congreso de Flamenco que se está celebrando desde el día 5 y hasta hoy en nuestra ciudad. Hoy sábado se iba a ofrecer la última función, pero ante el tremendo éxito, se ha decidido que mañana también habrá otra. Posteriormente se representará en Málaga y ya en Noviembre, en Sevilla.
Ignoro si se lanzará en DVD en fechas próximas. Espero que así sea, porque seré de las primeras en adquirirlo. Merece la pena, de verdad.
Para etiquetar en la cajita como: Reflexiones y comentarios
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
4 mordiscos a esta cereza:
Fíjate por donde, Belén; pero el flamenco es lo único que no me gusta de Cádiz y de Andalucía. Mas me ha llenado de alegría al sentirte tan entusiasta y tan, poco a poco, recuperada
Desde que vivo aquí, los andaluces me habeis dado una lección de arte. Y tú también. Siempre.
Muchas gracias, mi Corsario. Parece que esta Guinda se va animando, sí, aunque no creas, que este halo de desánimo no la deja respirar del todo... Ante la belleza del espectáculo que vi no tenía más remedio que mostrarme entusiasmada, de verdad.
Es una lástima que no te guste el flamenco. A mí sin embargo siempre me ha apasionado el folklore de Galicia, y de pequeñita me ponía a bailotear una especie de muñeira, como veía a veces por la tele, porque el sonido de las gaitas siempre me ha encantado.
Y hablando de tu tierra, Luar Na Lubre es por cierto uno de mis grupos favoritos. Su música celta es hermosísima. No me canso de oírlos.
Javi, tú sí que tienes arte, jeje... Gracias por tus piropos. Siempre, siempre, siempre.
B.
Te daré a conocer otros dos grupos de mi tierra a través del foro (o del msn si algún día te conectas)Son Saraibas y A roda (la letra de algunos temas de estos últimos te recordará posiblemente algún estilo literario)
Publicar un comentario