martes, 19 de junio de 2007
Hoy, fascinada, observaba en el patio del colegio de mi hija, donde se celebraba la fiesta de fin de curso, una escena enternecedora.
Una pequeña, de poco más de un año, se acercaba a otra, de unos nueve meses, que, sentada en su sillita de paseo, succionaba con fruición su chupete, como le si fuera la vida en ello. La chiquitina mayor -valga la paradoja- se le acercó y, de repente, con esa media lengua de trapo tan propia de la edad, soltó un: "¡Hola, nena!"
Decía que contemplé la escena fascinada por, primero, la gracia que me provocó el andar vacilante de la niña, con un trasero engordado por un pañal demasiado grande. Y, segundo, por la cara que se le quedó a la más pequeñita. Alucinada por ver tan de cerca a un semejante de unos setenta centímetros de altura, dejó caer su chupete y continuó observándola con la boca abierta, mientras un hilillo de baba le corría por la comisura de sus labio inferior, tan chiquitín. Entonces levantó el brazo y movió la manita derecha a modo de saludo. Ella, claro, aún no sabía decir un hola tan contundente como aquel que acababa de escuchar. Pero comprendió al vuelo lo que le estaban diciendo.
Mientras las observaba, imaginé, divertida, pero a la vez, repito por tercera vez, fascinada, esa comunicación telepática que pareció establecerse entre las dos, ese saludo casi casi sin palabras. Se observaban las caritas respectivas, se miraban a los ojos, me pareció incluso intuir una sonrisa.
Bendita inocencia. Ojalá los mandamases del mundo supieran establecer esa misma conexión y terminaran de una puñetera vez los conflictos y las guerras.
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8 mordiscos a esta cereza:
Niña Guinda, dime por favor qué crema de manos usas para que de tus dedos salgan estas preciosidades, ¡peazo artista! ¡He visto a las niñas y todo! Genia, que eres una genia, y monstrua. (jo, parece que te estuviera insultando, pero no hagas caso: es la pura envidia que me corroe, ¡quiero ser tú! ;-) )
Pero quilla, que vas a romper la pantalla con tanta belleza.
Tanta energía de dentro a fuera de un haz de luces no debe ser bueno para un monitor.
...
Fauve, cielo, de verdad que me gusta que me alaben (somos humanos, coño XDD ), pero que me da corte que me digas esas cosas tan bonitas, guapetona.
Gracias, petite. De verdad. Me animas mucho en estos días.
Alguien dijo, muchas gracias por su comentario. Mi monitor y ésta que está delante de él nos sentimos muy halagados por sus cariñosísimas palabras.
Gracias, amigos, por pasaros por aquí. Me hace muchísima ilusión que entréis en esta vuestra casa.
Belén.
Pues te aseguro que yo no soy de alabar, más bien todo lo contrario; pero, neniña, el arte es el arte...
Arte el de tu gato y el de la dueña XDDDD
Querida amiga: si en algun momento por algun casual quiere cambiar de trabajo no dude de pasar por la Clínica Krapp donde necesitamos personas como usted que sepan captar con sutil sensibilidad los permenores más extraordinarios de la psicología infantil.
Un beso, Guinda de Plata
Doctorcito, buenos días.
De momento soy feliz en mi editorial, haciendo una de las cosas que mejor sé hacer (aparte de fabricar bombones tan hermosos y dulces como mis hijos):
escribir.
Y sería feliz psicoanalizando niños, pero seguro que usted, que no adolece de sensibilidad, precisamente, lo haría mucho mejor que yo.
Un beso, doctorcito mío.
Belén.
Has pintado una escena entrañable. El lenguaje de los niños es tan amplio: lleno de gestos, sonrisas, palabras que sólo ellos conocen.
Te extraño.
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