jueves, 14 de junio de 2007
Mi comentario de hoy especialmente para un hombre de prensa en general y de radio en particular: Javier Lunaro.
Esta mañana, cuando estaba a punto de coger el autobús para ir a la editorial, me llamó algo la atención. Un hombre salía de su coche con una amplia sonrisa en su boca. La radio estaba conectada, y además a un volumen considerable, demasiado estridente diría yo para las siete y media de la mañana.
Me encantó descubrir esa sonrisa por su significado. El hombre estaba oyendo un programa de los que conocemos en el mundo de la radio como "despertador", de éstos que efectivamente cumplen la función para la cual son creados y por los que son llamados así: tienen que despertar al oyente, llenarle de noticias, ánimos, buenos deseos para la jornada que nace y mucha energía positiva entre café y cruasán.
Como mujer que ha trabajado quince años de su vida en la radio, me sentí muy satisfecha de saber que tras el tremendo esfuerzo que supone día a día hacer un programa de esas características, existe y seguirá existiendo la sonrisa complacida de un oyente agradecido. En resumen, me sentí partícipe de ese deber cumplido.
Para etiquetar en la cajita como: Reflexiones y comentarios
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
4 mordiscos a esta cereza:
La radio es y seguirá siendo una compañera en mi vida. Las mañanas tienen otro sabor. Para mí mejor, sin duda alguna, que la televisión que ha perdido el norte con tanto anuncio y programas de ínfima calidad.
Yo soy un hombre de radio que hace tele, y que ni escucha la radio ni ve la tele, sino que lee. Belén, siempre.
Y MUCHAS GRACIAS
Gracias por pasaros por aquí.
Para mí la radio es mi mundo, mi vida, aunque ya sabéis que desde octubre no trabajo en ella, sino en la editorial.
Y, es curioso, como dice Javi. Tantos años que he trabajado en ella y no la escucho. Sí, curioso.
Galatea, gracias por pasarte por este rinconcito. Sabes que te espero más veces.
A ti, mi Javi, ¿qué voy a decirte?
De nada... y siempre.
B.
Publicar un comentario