sábado, 21 de junio de 2008

Oír el aire




Cálida, suave,
baja tu mano por mi espalda.
Deslizándose húmeda,
ayudada por la espuma.
El murmullo del agua cesó,
sólo se oye
el aire.
Porque ambos lo podemos oír.

El agua caliente
trufada de pompas
bautiza mi cuerpo.
Mis ojos cerrados,
tu mano bajando,
mi sexo esperando.
Palpita mi corazón,
pero no lo escuchamos,
sólo se oye
el aire.
Porque ambos lo podemos oír.

Un baño inocente
virado en cascada
de deseo.
Gime mi garganta;
no quiero que lo haga.
No la escuchamos;
sólo se oye
el aire.
Porque ambos lo queremos oír.

6 mordiscos a esta cereza:

ybris dijo...

Un escalofrío de placer en cada verso.
Manos en la espalda amada.
Espera ansiosa.

Bellísimo.

Besos.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Me quedé helado, pero de repente me puse en ebullición. ¡Excelente!

Un beso

Belén Peralta dijo...

El placer, el deseo, la espuma, el agua caliente, un baño delicioso entre amantes... Sí, quería transmitir eso con mis versos. Me alegro muchísimo de que os haya gustado.

Un beso de burbujas,

B.

Fermín Gámez dijo...

No escuchar ni siquiera los corazones de los amantes... ummmm, sólo el aire.
Perfección.

El Lobo Feroz dijo...

¡Ñam,ñam, Guindilla!
Un beso.

Belén Peralta dijo...

Lobito y Fermín, muchas gracias por dejar aquí vuestra voz y hacer que suene... más aún que el aire, que ya es decir.

Un beso sonoro,

B.

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