lunes, 21 de julio de 2008
Hoy le quiero dedicar este trocito de mí a Ybris y a Neander, por lo que he sentido en muchas ocasiones leyendo su magnífica poesía.
Me estremezco si siento por mis hombros tu sombra acechadora, pero no peligrosa: más bien con ese sabor de magia que tanto me gusta. Me estremezco también si te adivino, si no dejas verte, todo tú, y no terminas de mostrarte. Me estremezco, por fin, si ante mí te apareces, y, deshaciéndote de sombras, eres lo que soñaba.
Bajo cualquier circunstancia, siendo tú, y sólo tú, lo logras.
Para etiquetar en la cajita como: Cerezas y guindas dulces
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6 mordiscos a esta cereza:
Presencias y estremecimientos...
Pocos lo consiguen... Pero que grato es descubrirlos...
:-)
Un beso.
dedicatoria mágica y estremecedora, me ha gustado mucho!
buenas noches, besos
Me uno a tí, son geniales.
Yo he llorado, reido, soñado, amado, odiado con ellos.
pero si no me conoces ni tampoco me has leído... eso se lo dices a todos
"Deshaciéndote de sombras, eres lo que soñaba"
Bella perfección la de no desembarazarse nunca de lo mágico, de lo etéreo, aunque sea en las victorias.
Tarde llego a agradecerte tu bella dedicatoria en la parte que me toca.
Repasaba tu blog, como hago a veces, y no sé ni cómo se me pudo pasar esta estrada.
Anda, deja que te dé un fuerte abrazo.
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