lunes, 14 de julio de 2008
Ventura de tus besos,
dicha de tus abrazos,
gozo de tu sonrisa,
tortura de tu rechazo.
Alegría de mi vida,
felicidad hecha nombre,
risa siempre divina,
pena como la noche.
Tú, regalando poesía,
tú, mi bastón y cayado,
tú, alimentando mis versos,
tú... invisible enamorado.
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4 mordiscos a esta cereza:
Prueba a sacarle los artículos. Lo he leído tal cual está y me ha parecido precioso. Lo he leído sin ellos y me ha parecido mágico.
Disculpa la osadía.
Qué bonito comentario. Pero, ¿cómo puede hablar una persona que escribe versos como tú lo haces, hablar de osadía al corregirme? La verdad es que el resultado final sin artículos también me parece muy bonito.
A petición tuya, los quito. Eres un maestro, pirata de agua dulce.
Besos,
B.
Sólo te has dejado el "la" de "la noche"
Me haré la idea de que es la nota del diapasón:
pena como "la" de noche.
Me acuerdo del "la" de la campana del reloj de la torre del Patio de Reyes del Monasterio del Escorial dando las horas por la noche.
De todos modos es precioso imaginarse un enamorado invisible al que dedicar los versos que se inspiran en él.
Un beso.
Ybris, eres todo un maestro incluso en tus comentarios. Mil gracias; eres un amor.
Besos,
B.
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