jueves, 26 de noviembre de 2009

Dos en uno




Bañada en ti,
me amarro a tu alma
como tinta indeleble.
Seamos uno, uno sólo,
un único cuerpo,
un único hogar.
Que mi saliva sepa a tu boca,
que mis dedos huelan a ti,
y mi sexo, dulce lirio,
vire a puro frenesí.
Seamos uno en dos divididos,
cada  quien con su lamento,
con su risa, con su afán.
Pero uno ser te pido,
uno sólo,
un único cuerpo,
un único hogar.

6 mordiscos a esta cereza:

© José A. Socorro-Noray dijo...

"un único hogar"

Sólo con un verso se hace poesía.

¡Bellísimo!


Un beso

Doctor Krapp dijo...

Bonito, aunque la unidad es una quimera necesariamente imposible.

Fermín Gámez dijo...

Creo que el final que apuntas, como metáfora y también sin metáfora, es la representación plena de lo que yo entiendo ser uno solo: hogar. Sobre todo eso, hogar.

Me ha gustado muchísimo el poema.

Luis Antonio dijo...

La palabra hogar sale dignificada con este bellísimo poema. Y buena falta que le hace...

monicalvarez dijo...

Buscar la fusión de cuerpos y de almas,es una hermosa aspiración.
Saludos desde Chile

Belén Peralta dijo...

Muchas gracias por vuestra visita y vuestros comentarios. De verdad que palabras que salen de personas que escribís como vosotros lo hacéis, es un estímulo muy, muy grande. Muchas gracias.

Un beso,

B.

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