jueves, 1 de octubre de 2009

Inútiles escondrijos




Me hiciste daño un día.
Un día infame en que me desnudé entera ante ti.
Poco te importaron mis pechos, mi vientre,
mis piernas, mis pecas, mis hombros al aire.

Buscabas, querías, ansiabas mi alma.

Y desde entonces...
Guardo mi mirada entre recuerdos de espuma.
Escondo tus manos entrelazadas con las mías.
Oculto mi corazón a resguardo de tus besos.
Pero me transparento toda,
y no soy capaz de enterrarme
allá donde deseo,
muy lejos,
tan lejos,
tan lejos de ti...

0 mordiscos a esta cereza:

Template by:
Free Blog Templates