miércoles, 23 de septiembre de 2009

Espejo sin brillo






Me miro.

Me miro y no me encuentro en el espejo de tus ojos. Creí reconocerme un día, un día que queda ya lejano, cuando yo no tenía ganas de levantarme de la cama y tú, con paciencia infinita, me apartaste un mechón rebelde del rostro, me calzaste las zapatillas de peluche y, tomándome de la mano -yo desnuda, desnuda por dentro y por fuera, con esa desnudez que no provoca pudor alguno porque se muestra ante alguien que es parte de nosotros mismos- digo, tomándome de la mano -una mano lánguida, casi muerta, sin ansia por volver a palpar, ni a acariciar, ni a sentir-, me llevaste a la ducha. Abriste el grifo y el agua de lluvia sin lluvia brotó como un milagro, corriendo por mi cuerpo sin éste quererlo, sin desear comprender la acción benefactora de una buena ducha caliente. Cuántas veces en mi vida agradecí esa ducha vivificadora, dando gracias a quien hubiera sido por inventarla algún día, y ahora, metida en este oscuro abismo infernal, me parecía una auténtica tortura desnudarme, quitarme una a una las prendas, descalzarme, abrir el grifo, comprobar la temperatura del agua, mojarme, lavarme el pelo, enjabonarme, disfrutar del agua caliente corriendo por encima de mí, empapándome toda, cerrar el grifo, salir de la ducha, secarme, vestirme de nuevo, maldecirme una vez más casi sin ganas. Por eso tus manos terminaron haciéndolo por las mías.

Suspiro.

Me sigo mirando en tus ojos y sigo sin verme en su espejo. Quizá hace mucho tiempo que decidiste -cansado, abatido, derrotado- que la voluntad es mucha pero la fuerza, poca. Y pensaste que qué demonios hacías con una chiflada al lado, la triste estampa de la mujer que te enamoró, que con su risa, como Pilar Ternera, era capaz de ahuyentar a las palomas. Seguro que te hartaste de mi mirada vacía, sin ese brillo que busco ahora en el espejo de tus ojos, y donde ya no me veo reflejada.

Es una lástima. Ahora que disfruto viendo salir el sol, ahora que no me molesta que me husmee un  viejo perrillo abandonado, ahora que saboreo hasta la última cucharada de helado de mandarina, ahora que las Navidades no me parecen una chorrada, ahora que me apetece que llegue el invierno para acurrucarme en el sofá, abrazada a ti... Ahora que por fin tengo un aliciente para buscar más allá y verme reflejada en el espejo de tus ojos, tiraste la toalla y desapareciste. Me siento muy sola sin ti.

8 mordiscos a esta cereza:

ybris dijo...

Caramba ¡qué preciosidad de escrito!
Llega uno a la soledad final tras las más nostálgicas ausencias.
Como se echan de menos las duchas compartidas a las que el amor pudo llevarnos como victoria contra la desgana.

Encantador relato.

Besos.

Belén Peralta dijo...

Gracias, Ybris, es muy halagador lo que dices.

Es horrible atravesar ese túnel negro, pero creo que más terrible es cuando ya ves la luz y de repente te encuentras sin apoyo alguno. Y así quise reflejarlo en este relato. Me alegro si lo he conseguido.

Un beso bien fuerte,

B.

faly dijo...

Ay dios mio!!, cosas más bonitas escribes. Me emocionan, y lo sabes.
Nena, tú vales mucho.
Besos

Fermín Gámez dijo...

Da gusto verte escribir de nuevo con esa facilidad con que describes el alma humana, con ese lirismo con el que engrandeces la expresión.

Belén Peralta dijo...

Hola, Falita, muchas gracias por tus palabras, no sabes cuánto me han gustado. Por cierto, ya nos queda menos para ir a ver la peli :-)

Fermín, mil gracias por tu hermosa crítica. Que venga ese comentario de ti es un orgullo muy grande.

Gracias a los dos, y un beso de esta guinda.

B.

Unknown dijo...

Me da mucho gusto dejarte unas palabras después de tanto tiempo B.

Tiene que ser terrorífico encontrarse solo después de lograr salir de una tempestad -El barco maltrecho sin puerto en el que recalar- y no tener un abrigo en el que recomponer los jirones del alma.

Belén Peralta dijo...

Ay mi pirata... También a mí me da mucho gusto volver a verte. A ver si me dura la racha, porque siempre ocurre algo que me impide escribir durante mucho tiempo.

Estoy de pruebas con la plantilla y espero tener dentro de muy poco una nueva. A ver si así me animo más a seguir...

Gracias por estar ahí. :-)

B.

Luis Antonio dijo...

Sigues en plenitud de forma. Es un placer tenerte de nuevo por estos espacios. Bienvenida, Guinda, y una abrazo cariñoso

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