lunes, 29 de septiembre de 2008
Para etiquetar en la cajita como: Reflexiones y comentarios
domingo, 28 de septiembre de 2008
Para etiquetar en la cajita como: Guindas con sabor a haikú
sábado, 27 de septiembre de 2008
Mi adorado Paul:
Desde hoy, las cintas de celuloide obrarán un milagro. Porque llorarán tu pérdida. Porque, aunque ya se olían desde hacía varias semanas que nos ibas a dejar huérfanos, la noticia -como todas las noticias tristes, malas, casi incomprensibles-, nos ha caído a todos -a ellas, a nosotros- como un chorro de agua helada por la espalda. Y, desde hoy, las cintas lloran.
Desde muy pequeña adoro el cine. Mis padres no eran de los que me mandaban a la cama cuando proyectaban una película por las noches, aunque presentaran algún rombo, siempre y cuando no hubiera que madrugar al día siguiente, y por eso recuerdo desde pequeña haberme empapado de clásicos en blanco y negro de los que, probablemente no entendía la mitad pues su trama se escapaba a mis entendederas de niña, pero que ya me fascinaban por sus luces grises, sus escenas, y, por supuesto, por las interpretaciones de aquellas estrellas. Me llamaban poderosamente la atención los labios muy oscuros, teñidos de un carmín intenso, de bellezas como Rita Hayworth o Ava Gardner. Sufrí con la angustia de Susan Hayward en "¡Quiero vivir!", o me estremecí con aquella desquiciada Blanche DuBois/Janet Leigh de "Un tranvía llamado deseo". Y, entre tanta heroína, unos chicos guapos, algunos duros, como Marlon Brando, otros elegantes, como Cary Grant, otros con carita de bueno, como Gregory Peck, y otros, divertidos como Jimmy Stewart. Y, entre ellos, tú. Tú con tus tremendos, apabullantes, casi inexistentes por imposibles ojos azules que, en el blanco y negro de aquellas noches del setenta y cuatro, se me aparecían como dos lagos transparentes.
Fuiste guapo, guapísimo, fuiste inteligente -te graduaste en Economía-, fuiste emprendedor -creaste tus negocios-, fuiste fiel -en la marabunta de Hollywood, casarse sólo dos veces y una de ellas durar con la misma esposa cincuenta años tiene mucho mérito, créeme, Paul-, fuiste un hombre que creía en la democracia, fuiste defensor de enfermos y desvalidos, fuiste un excelente actor, capaz de multitud de registros. Y fuiste el dueño del par de ojos más inmensamente azules que recuerdo de la historia del cine. Y mira que ya llevo vistas películas.
Siempre extrañaré los dos lagos que fueron tus ojos. Menos mal que me quedan tus películas para seguir nadando en ellos.
Descansa en paz, mi adorado Paul.
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jueves, 25 de septiembre de 2008
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miércoles, 24 de septiembre de 2008
Para etiquetar en la cajita como: Guindas con sabor a haikú
domingo, 21 de septiembre de 2008
Acabo de enterarme, porque he estado varios días desconectada, y aún estoy en una especie de estado de shock. Nunca pensé que las cosas que pasan en el cibermundo puedan afectar de una manera grave, pero cuando la virtualidad traspasa lo simple hasta llegar a lo bueno, a lo perfecto, como ocurre con el blog de mi estimado, querido, admirado Ybris, entonces sí que golpean con fuerza en lo más profundo, aunque parezca, a ojos de un profano, o de una persona a la que no le interesen las letras, por ejemplo, que esto es una exageración supina.
Y esto ocurre porque el blog de Ybris, que ahora se cierra, para mí no era una simple bitácora. Era un maravilloso remanso de paz, de reflexión, de sensibilidad, de belleza... Adoraba meterme en él y descubrir qué nuevas maravillas habían salido de las manos deliciosas del maestro madrileño, el hombre que abrió un blog bajo el nombre Vacío y que ha llenado los corazones de mucha gente, trocando oscuridad por luz en muchas, muchas ocasiones.
Ignoro las razones por las que Ybris abandona su bitácora. Espero ante todo que no se trate por motivos de salud, y sea en cualquier caso el lógico cansancio de alguien que está actualizando su blog continuamente -todos ustedes saben que a mí también me ha ocurrido, por ejemplo-. Gracias al de Ybris, además de aprender y maravillarme, he conocido a muchos amigos más cuyos blogs igualmente me han enriquecido, convirtiéndose todo en una inmensa cadena de palabras, sentimientos, poesía y halagos sinceros por la mutua admiración... Ybris, no, por favor, no hagas que tu blog se vuelva definitivamente vacío y haz, con tus dedos magistrales, que se llenen de nuevo de sabiduría, verdad, sensibilidad y poesía.
Ybris, tu blog es uno de mis blogs favoritos, imprescindibles. No dejes que se marchite en el tiempo y regresa en cuanto puedas, por favor.
Por favor.
Belén. :-(((((
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Hoy, con un cariño especial, para todos aquellos que sufren por un amor imposible.
No pretendo lastimarte
y por ello en mi ser oculto,
aunque en el fondo no te importe,
el desasosiego que me invade.
No pretendo que sufras,
y por ello me callo,
dulce mescolanza en mi pecho,
la alboronía de inquietudes
cuando (no) me miras y te veo.
No pretendo que me quieras
pues más fácil es la empresa
de abarcar el inmenso mar
entre los dedos, en las manos.
No tengo pretensiones.
Por eso te observo en silencio,
sombra lejana y ausente,
me conformo, me entristezco,
y, simplemente, sueño…
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sábado, 20 de septiembre de 2008
Naufragué en tus aguas
y nadé hasta caer,
exhausta,
en la isla que eras tú.
Descubrí tus mil rincones,
intrépida exploradora,
recorriendo de tu cuerpo
(y en tu cuerpo)
las grutas ignotas
que a mí se ofrecían.
Tuve miedo a fallar,
y me acogió la red de tus brazos.
Así que, ahíta de besos,
fragancias intensas y caricias de miel,
me abandoné en la selva de tu isla
y quise que nunca jamás me encontraran.
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domingo, 14 de septiembre de 2008
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jueves, 11 de septiembre de 2008
tu sonrisa cantarina refulge como rocío en las hojas tempranas,
tu compañía me envuelve y me devuelve sin tregua a la niñez,
cálida manta con la que me arropaba mi madre una y otra vez.
la soledad me desampara y me hace más frágil sin clemencia,
la oscuridad en la que partiste tiñe de tinta china tu recuerdo,
el hueco helado que dejaste transforma en pedernal el silencio.
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miércoles, 10 de septiembre de 2008
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martes, 9 de septiembre de 2008
Breve.
Intenso.
Fulgurante.
Efímero.
Hondo.
Potente.
Enardecido.
Evanescente.
Sólido.
Etéreo.
Descarado.
Imposible.
Eterno.
Fugaz.
...Lo llaman amor.
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lunes, 8 de septiembre de 2008
La luna ha venido hoy a visitarme.
Se empeñó en que callara,
en que la dejara hablar.
Yo no tenía ganas de charla;
es de esos días en que la tristeza
quiere escarbar tanto que tú la dejas
por falta de fuerzas... aunque no quieras.
Dejé que la luna me hablara,
que me susurrara, tierna;
que me bañara con su luz de aguamarina,
que hiciera sentirme,
con el paso de las horas,
surgida del mar, una ondina.
Sus mares entonces me parecieron lunares,
campos y valles sus paisajes de roca,
parques de ancianos su serena quietud...
dos solitarias compartiendo vida y luz.
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sábado, 6 de septiembre de 2008
No te quedes sólo en mi cara, en mis ojos;
no te fijes sólo en mis pechos, en mi piel.
Desnúdame por dentro y hazme tuya,
lánzame sin pensar mil preguntas,
regálame el torbellino de tus dudas.
No tengas miedo y sé valiente,
con ese valor de los soldados jóvenes,
los que se apuntan, inconscientes, al combate,
y, cuando están muriendo, llaman a sus madres.
No temas zambullirte en mí,
que cada pregunta tenga su respuesta,
sumérgete en mi bilis, en mi sangre,
que lo contestado sea para ti una certeza.
Anda, no te quedes con las dudas,
háblame de aquello que siempre quisiste,
y, si te quedas sin pregunta alguna,
trenza con el mío tu amor cercano y hondo,
haz de mi pecho calmada laguna
y, así, callado, enrédate para siempre en el fondo.
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¿Son sólo seis las cosas cotidianas, casi sin importancia (recalco lo del casi) que me hacen feliz?
Esta pregunta me la he hecho cuando he recogido esta noche el guante (que imagino sedoso, cálido, casi de terciopelo, por venir de quien viene) que me ha lanzado Rocío, la maravillosa Penélope que teje y desteje palabras increíbles a su antojo. Me nombra entre un selecto grupo en su entrada dedicada a los memes, que, como imagino que ya saben, son esas listas de seis cosas cotidianas, casi sin importancia(y vuelvo a recalcar lo del casi), que nos hacen felices.
Y tras leer a Rocío y a la forma en que ha expuesto sus cosas cotidianas que le hacen feliz, no sé yo cómo expresarme, qué hacer, qué poner. Y es que esta mujer me desarma, pues cuando la leo pillo después tal complejo de inferioridad...
Podría nombrar, por ejemplo, la sonrisa de mis hijos, que, sin mayor adorno, me iluminan el día más aciago (y aquí hago trampa y meto algo más, que es ver esa sonrisa oliendo a la vez la playa cuando la marea está baja). También ceñirme a cosas prosaicas pero que para mí son el mayor de los lujos, como el cálido olor a obrador de confitería, que, desde pequeña, siempre he pensado que es uno de los olores más ricos del mundo. Me hace feliz leer (es decir, lo que guardan los libros en su interior), y acariciar las tapas del libro (es decir, lo que muestra por fuera), especialmente si son los libros de Anagrama de la colección sobre García Márquez, con ese tacto tan suave y tan especial... Un lujo para mí es acudir a un buen concierto de música clásica, sobre todo cuando el público es entendido y no interrumpe la pieza con sus aplausos movimiento tras movimiento (como ha ocurrido en alguna ocasión con público no demasiado curtido en estas lides). Disfrutar de las pinturas y esculturas en museos y libros de arte es una de mis grandes pasiones. Y, por supuesto, el cine. Degustar una buena película de cine clásico un sábado por la noche, sobre todo si es invierno, con esa manta cálida y mullida sobre las piernas, estirada en el sofá, es verdaderamente impagable.
Sí, sé que no soy demasiado original, pero es lo que más me gusta y me hace feliz. Y me da rabia que sólo se puedan elegir seis.
Lanzo el guante ahora a Luis Antonio, Neander, Lunática, Luna Carmesí, Abril y Auxi. Tengo curiosidad por saber qué cosas pondrían en su meme otros que no he nombrado, pero como ya los han citado en otros blogs, yo nombro a éstos. ¿Conseguirán también elegir sólo seis cosas?
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viernes, 5 de septiembre de 2008
...Y este lirio que se abre,
e impúdico, se te ofrece,
preñado de mil aromas,
oyendo, eternas, tus preces.
Mejorana y yerbaluisa,
almíbar y caramelo,
espliego y milenrama,
regaliz... y terciopelo.
Y este lirio que se abre,
y te da su savia fresca,
creciendo como flor viva
que huele a romero y menta.
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Hoy, hace justamente un año, se fue a pique el Nuevo Pepita Aurora. Salieron a faenar, a buscarse la vida, 16 pescadores -humildes, sufridos, hechos de mar y sal y viento como todos los pescadores-, y volvieron vivos sólo ocho. Otros cinco lo hicieron en tristes cajas de madera, pero el mar se convirtió en el aposento eterno de tres de ellos. Incluso del barco, que continúa durmiendo su desgracia en el fondo del Atlántico.
Barbate sigue llorando. Barbate quiere saber. Todos nos conmovimos por la espantosa tragedia y todos queremos, al igual que Barbate, saber qué fue lo que ocurrió aquel aciago día de septiembre. ¿Pudo haberse evitado, como dicen las viudas? ¿Qué pasó en los angustiosos cuarenta minutos desde que se lanzó el SOS de alarma por la radio baliza hasta que se supo del vuelco del barco? ¿Por qué no se aplicaron las conclusiones sacadas del naufragio anterior del O Bahía, con muchas similitudes con el Nuevo Pepita Aurora? ¿Y esas cuatro irregularidades que constató la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes Marítimos, no sirvieron de nada? ¿Dónde están los cuerpos de los tres infortunados marineros que faltan? ¿Realmente es tan complicado el rescate de los restos del buque, anclado en el fondo marino gaditano?
Sinceramente, espero que para el 5 de septiembre de 2009 ya se hayan rescatado esos tres cuerpos. Si no es así, y si continuan durmiendo su desgracia en el fondo del mar, y esta cajita de guindas sigue ofreciendo sus frutos a todo aquel que se acerque hasta aquí, prometo tener un recuerdo para ellos, que lucharon contra el mar por ochenta cajas de boquerones. No es justo que les olvidemos. Recuerden que Barbate sigue llorando...
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jueves, 4 de septiembre de 2008
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miércoles, 3 de septiembre de 2008
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lunes, 1 de septiembre de 2008
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