domingo, 16 de noviembre de 2008

¿Qué te hicieron, Baby P.?




¿Qué te hicieron, Baby P.? Leo que falleciste en agosto del año pasado, sirviendo de saco de boxeo no a un psicópata que te secuestró, no a unos niños que te cogieron de la manita y te llevaron como a James, aquel chaval que terminaron asesinando. No. Serviste de saco de boxeo a tu madre, a tu padrastro y a un amigo de ambos al que le gustaban mucho (demasiado) los niños.

No les frenaron las playas azules de tus ojos, ni tu cabello rubio que refulgía como oro al sol. No les importó que no hubieras cumplido ni siquiera el año y medio. Estuvieron completamente sordos (al igual que los vecinos) cuando gritabas alaridos de terror ante las palizas, las mordeduras. Te rompieron ocho costillas, te dejaron paralítico porque te rompieron la espalda; cuando te hallaron muerto te encontraron más de cincuenta heridas, muchísimas de ellas alrededor de la boca. Imagino que para que te callaras de una puta vez, para que no lloraras más, para que no incordiases más.

Sesenta visitas de los trabajadores sociales no bastaron para detectar la tortura horrorosa a la que te estaban sometiendo. Los vecinos (repito) no oían nada. Ignoro si Baby P. ya ibas a la guardería, y, si así fuera, tus señoritas tampoco vieron nada. El médico que se negó a atenderte porque ibas muy sucio pasó por alto que no acudieras medianamente aseado y nutrido y, naturalmente, las heridas que presentabas.

Veo tu foto, una de las poquísimas que te han hecho en tu corta (pero no liviana, por desgracia) vida, y veo una pequeña heridita encima de la nariz. Si hubieras tenido otra clase de mami, o quizás otro padrastro, ellos te hubieran hecho probablemente la broma de pegarle un pellizquito a esa nariz y hacer como que se la comían, y luego te hubieran dado un besito vivificador en esa postillita, un besito de mami y de papi que son los besos que lo curan todo mágicamente. Pero naciste en la familia equivocada, familia de alimañas que ni siquiera se merecen el título de familia y que hicieron de ti, pobre Baby P., un terrible saco de boxeo. Catorce años de prisión son los que piden para aquellos que te torturaron hasta la muerte. Catorce años que a mí me saben realmente a poco. A nada.

12 mordiscos a esta cereza:

mia dijo...

A poco a nada

y ya nunca

se sentirá justo

nada más.

♥♥♥besos♥♥♥

Fauve, la petite sauvage dijo...

Terrible.
Horrible.
Inimaginable.
Increíble.

Pero cierto. Tremendo.

Anónimo dijo...

Es terrible!!!
Este tipo de personas debería estar en centros especiales de por vida, y poner los medios para que no pudieran tener más hijos.

Doctor Krapp dijo...

La miseria moral, por llamarla de alguna manera, aliada con la necedad administrativa, esa de la que dependen nuestras vidas, solo puede producir monstruosidades semejantes todos los días, en todos los lugares y a todo tipo de personas.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Como un saco de boxeo
en el péndulo de la vida
sin llegar a ser ni tan siquiera
... ¡Es demasiado triste si no fuera realidad!


Un beso (me has emocionado)

Anónimo dijo...

parece que son algo más de un año por mes cumplido de Baby. Deberían ser 14 años por cada golpe recibido, incomunicados y recordándole una y otra vez la tremenda crueldad que tuvieron.

hasta pronto

Unknown dijo...

sinceramente rezo para que en estos momentos estés en los brazos de un angel y ya hayas olvidado todo lo que pasaste, pajarito inocente, que viniste a este mundo a sufrir.
No puedo entender, no logra entrar en mi cabeza ese nivel de maldad.El amor que tengo a mis hijos es incontable, inmesurable e incondicional. ¿Porqué pasa esto?
Encerrados, de por vida, muertos en vida, sin piedad para los montruos que hicieron esto.

Belén Peralta dijo...

Yo también tengo hijos y por eso esta noticia me ha dolido tanto, al igual que me duelen esos niños famélicos que mueren sin llevarse nada a la boca, o por diarreas que son tratadas de forma habitual en nuestro "primer mundo". Las violaciones, los maltratos a los niños, los abusos, son uno de los crímenes más repugnantes que existen, si no los que más.

Rezo por todas estas criaturas que lo han pasado tan mal en tan poquitos años.

Un beso a todos, y gracias por vuestras reflexiones,

B.

Anónimo dijo...

Aun no puedo dejar atras la angustia que me provoca esta noticia. No dejo de pensar. No logro conformarme...Desafortunadamente, es un caso entre miles, pero al parecer la crueldad aqui supera los limites. La realidad de los detalles de baby p supera cualquier fantasía. Lo entrenaban como a un perro, le sacaron uñas de sus deditos, se tragó un diente propio probablemente arrancado de un golpe de puño...tal vez estaría suelto de un golpe anterior.
Cómo poder conformarse?cómo hacer para que esto no se olvide y su corta y dolorosa vida sirva para hacernos reaccionar?qué podemos hacer?Estoy segura de que algo podemos hacer. Recordarle a los negligentes que dejaron que esto pasara todos los días su culpabilidad. Que las peores pesadillas de remordimiento caigan sobre sus sueños para que nunca más duerman tranquilos. A los monstruos que hicieron esto...no hay castigo posible, ni en esta ni en sus futuras vidas. No hay manera de pagar la sangre de un niño...
Moira

Candela dijo...

He seguido el caso desde el pricipio, al tener la prensa vecina aqui a diario. El domingo pasado no pude acabar de leer la descripcion de todo lo que le habian hecho. sin resaca si quiera, casi acabe vomitando. Absolutamente repugnante.

Anónimo dijo...

Hola,

Cuando leo estos casos, es cuando más a favor estoy de la pena de muerte. Lo siento, pero 14 años no son nada para esos monstruos que quizá no lleguen a cumplirlos íntegramente y que por desgracia pueden seguir teniendo más bebés a los que seguir tortrando y abusando de ellos.
Lo mejor que les aplicaran pena de muerte.

Anónimo dijo...

Guindita querida, he vuelto a leerte luego de una larguísima ausencia mía y me he enterado que también ha habido una larga ausencia tuya y me he conmovido hasta las lágrimas con este post. Soy madre y eso es algo que marca mi manera de ver la vida y hacer las cosas y no puedo creer tanta maldad cuando sé de casos como este que, lamentablemente, son mucho más habituales de lo que uno quisiera.
Un beso. Me ha gustado de todos modos ver que esa gran sensibilidad que extrañaba sigue presente y expresándose.

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