sábado, 10 de mayo de 2008
Este pequeño relato se lo regalé a Berta el día de Reyes del año pasado. Y ahora lo he querido guardar en esta cajita de cerezas y guindas por la que sé que Berta se cuela de vez en cuando.
Para Berta, que vive muy lejos en cuerpo, pero siempre en alma en su Sevilla preciosa.
La presión te empezaba a pasar factura. Las piernas te pesaban, la cabeza te zumbaba, pero sobre todo, ese insoportable run run en los oídos, que a ratos amenazaba con hacerlos explotar.
No. Eso sobre todo, no. Sobre todo... esa añoranza, esos recuerdos. Tu barrio de Santa Cruz, esa Campana con su olor penetrante a incienso cuando llegaba la época de túnicas y cirios al cuadril, tu preciosa Catedral, los niños por la calle, gitanas con romero, ese olor a Feria que se fue pero volverá cuando menos te des cuenta, con sus volantes, sus abanicos, sus farolillos, sus caireles en las botas de señorío montado en las jacas.
El señero puente de Triana frente al moderno de la Barqueta, Pagés del Corro, Los Remedios, las palomas, el Parque de María Luisa, los viejos sentados al sol, cocheritos leré con guiris rojos como gambas y hartos de comer jamón en el Becerrita. Giralda y Torre del Oro, dándose la mano bajo el sol agradabilísimo de un diciembre moribundo. Gran Poder y Macarena escuchando los suspiros de la Esperanza de Triana. Nervión: bullicio, compras apresuradas, luces de Navidad, chiquillos asomados al escaparate de las confiterías, porque en Sevilla, al igual que en Cádiz, no hay pastelerías: hay confiterías.
Y ese Parque del Alamillo, con sus naranjos que embriagan el aire de abril con su olor a azahar...
Dos gruesas lágrimas se escapan de tus ojos de princesa mientras, entre brumas, oyes a la azafata:
- Perdón, ¿le apetece tomar algo?
Y, mientras dudas entre si te gustaría una tapita de queso viejo o un buen vaso de gazpacho fresquito, le sonríes y susurras con dulzura embargada de nostalgia:
- Sí, por favor... Un té con aroma de azahar. Así al menos me llevo un trocito de Sevilla a las Islas.
Para etiquetar en la cajita como: Cerezas y guindas dulces
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10 mordiscos a esta cereza:
¡Y yo sin conocerte con lo que me gustan las cerezas!
Te estando leyendo y quiero más.Así que me quedo contigo, por haberme hecho cantar "Viva Sevilla" a estas horas de la noche.
Vaya si eres una guinda.
Reconozco que he estado poco en Sevilla y mal (es una larga historia). Y después de leerte, me arrepiento de no haber vuelto.
Felicidades por el blog, y gracias por tu visita.
Cada vez que lo leo me embarga la nostalgia, es precioso.
Yo quiero irme para allí!!!
No me canso de darte las gracias.
Besotes
Quiero volver a Sevilla!
Un beso.
Amigos, -entre los que hay nuevos amigos, por cierto :-))) -
Estoy muy contenta de que os hayáis pasado por la cajita de cerezas. Os mando un beso muy especial y dulce de buenas noches y especialmente a Wilma/Berta, porque ella me inspiró este relato y me encantó regalárselo.
Un beso a todos y espero que no os importe que incluya vuestros blogs en el mío.
Belén.
Berta tiene que estar contenta de que se lo hayas regalado. Es un texto que está maravillosamente escrito.
siempre me ha gustado Andalucia, tiene un sabor dulce especial, y dp de leerte sé que volveremos a Sevilla
un beso
Fermín, muchísimas gracias por este piropo tan bonito, de verdad. Te mando un beso fuerte.
Abril, ya había curioseado por tu blog de historias y cuentos, y si no te importa me encantaría poner en mi cajita un enlace porque verdaderamente merece la pena leerte. Muchísimas gracias por tus palabras y sé bienvenida. Y, por supuesto, pásate por Sevilla, que es una de las ciudades más bonitas del mundo. Y de esa rivalidad entre Cádiz y Sevilla, ná de ná. Cada ciudad tiene su encanto, y si Sevilla no tiene la playa de Cádiz, Cádiz no tiene la bellísima Catedral de Sevilla, o su hermosísimo Barrio de Santa Cruz.
Besos a ambos,
Belén.
me has dejado muda, jeje.. encantada de estar por aqui, y si... Cádiz y Sevilla, Sevilla y Cádiz, dos ciudades que respiran alegria como las chirigotas... decidido, iremos!!!
Pues pásate por las dos ciudades porque las dos tienen su encanto. :-)))
Un beso muy fuerte, Abril.
B.
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