domingo, 30 de septiembre de 2007

Calor rosado en el vértice



En el vértice de mi cuerpo
hallarás la puerta a mis sentidos,
y un tul caliente y suave
que presagia cálidos fluidos.

Dedos serpenteantes
descendiendo, desbocados,
y el surco fantástico
que adelanta un valle rosado
se abrirá, delicado
y dispuesto a recibirte,
siguiendo lo esperado.

Calor rosado en el vértice;
tu vértice, al fin, conquistado.

2 mordiscos a esta cereza:

yinyang mason dijo...

Ay, guinda... si tú supieras qué es justamente lo que me gusta más hacer. Siempre.

Belén Peralta dijo...

¿Y no lo sé? ;-)))))))))

Siempre, siempre, siempre.

B.

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